La liposucción en la zona de la cara y cuello puede efectuarse siempre y cuando la piel sea firme y elástica. De esta forma, la piel podrá adaptarse fácil y rápidamente al nuevo contorno.

Las partes de la cara en las que más habitualmente se suelen solicitar mejoras son la zona del cuello, la papada (sub-mentón) o el reborde de la mandíbula. También se suele recurrir a este la liposucción para disminuir el volumen de las mejillas en caras de formas muy redondas.

En la liposucción facial se utilizan jeringas o cánulas muy pequeñas (de unos 2 milímetros de diámetro) para extraer la grasa. Generalmente tienen la punta redondeada para no lesionar las estructuras dérmicas ni musculares y facilitar la extracción de los bulbitos adiposos. Las incisiones que se realizan para introducir las finas cánulas se hacen habitualmente detrás del lóbulo de la oreja y debajo del mentón para que las marcas no sean visibles.

La liposucción facial puede realizarse con anestesia local y sedación. Una vez terminada la intervención, la persona podrá volver a su hogar sin necesidad de quedarse en la clínica. Es muy probable que el cirujano aconseje el uso de una mentonera elástica, al menos durante las primeras noches.

Los efectos secundarios que podrán aparecer después de esta operación son los habituales de una liposucción, es decir, moratones e hinchazón. Los resultados finales se podrán empezar a ver pasado un mes y medio después de la cirugía.

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